Brasil espera a Francia con un Ronaldinho cuestionado
Brasil se prepara para enfrentar a Francia en una revancha de la final del 98. Y ahora que nadie discute a Ronaldo, quien marcó tres goles en cuatro partidos y es el máximo artillero de los Mundiales con 15 tantos, Brasil tiene un nuevo motivo de preocupación. Es Ronaldinho Gaucho, el mejor futbolista del mundo, que no ha demostrado ser tal en el Mundial.
"Yo no estoy inquieto, voy a marcar un gol ante Francia", dijo el mediocampista intentando espantar las dudas que ha levantado su pobre rendimiento. Pero él mejor que nadie sabe que no es Ronaldinho, por lo que se autoexige resurgir el sábado en los cuartos de final.
Hay varias causas para entender la negativa transformación de Ronaldinho. El primer brasileño en la historia del Bar§a que juega peor en la "verdeamarelha" que en el Camp Nou. La primera es de orden táctico. No juega en el mismo sitio que en el Barza, donde está despreocupado de tareas defensivas y cuenta con socios rapidísimos en el ataque catalán. "Estoy muy lejos de la portería", cuenta Ronaldinho, quien apenas ha dejado gotas de su magia durante el torneo germano. Se le ve apagado, sin la sonrisa que le caracteriza. Carlos Alberto Parreira, el seleccionador, sostiene que le da la misma libertad táctica que Frank Rijkaard en el Barcelona. Pero no es cierto. "Es evidente que por su categoría espero más de él, espero que suba un peldaño más en los cuartos", dijo el entrenador.
Pero además de la desubicación táctica --no conecta bien con Kaká, son dos mundos distintos en el centro del campo, viven juntos, pero aislados--, tampoco encuentra líneas de pase con los delanteros Ronaldo y Adriano. Pero hay otro problema que atosiga a la estrella azulgrana: venía para ser consagrado como el mejor del mundo y no lo ha hecho. Pero el quiere demostrarlo en los pocos partidos que quedan.
"Yo no estoy inquieto, voy a marcar un gol ante Francia", dijo el mediocampista intentando espantar las dudas que ha levantado su pobre rendimiento. Pero él mejor que nadie sabe que no es Ronaldinho, por lo que se autoexige resurgir el sábado en los cuartos de final.
Hay varias causas para entender la negativa transformación de Ronaldinho. El primer brasileño en la historia del Bar§a que juega peor en la "verdeamarelha" que en el Camp Nou. La primera es de orden táctico. No juega en el mismo sitio que en el Barza, donde está despreocupado de tareas defensivas y cuenta con socios rapidísimos en el ataque catalán. "Estoy muy lejos de la portería", cuenta Ronaldinho, quien apenas ha dejado gotas de su magia durante el torneo germano. Se le ve apagado, sin la sonrisa que le caracteriza. Carlos Alberto Parreira, el seleccionador, sostiene que le da la misma libertad táctica que Frank Rijkaard en el Barcelona. Pero no es cierto. "Es evidente que por su categoría espero más de él, espero que suba un peldaño más en los cuartos", dijo el entrenador.
Pero además de la desubicación táctica --no conecta bien con Kaká, son dos mundos distintos en el centro del campo, viven juntos, pero aislados--, tampoco encuentra líneas de pase con los delanteros Ronaldo y Adriano. Pero hay otro problema que atosiga a la estrella azulgrana: venía para ser consagrado como el mejor del mundo y no lo ha hecho. Pero el quiere demostrarlo en los pocos partidos que quedan.
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