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jueves, marzo 29, 2007

Ronaldinho despojado de la camiseta 10 de Brasil

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Por primera vez desde que el veterano Dunga entrena a la seleccion brasileña Ronaldinho Gaucho ha jugado esta semana los 90 minutos de los dos compromisos amistosos de la ‘seleçao’ disputados en Suecia, contra Chile y Ghana. 180 minutos con el ‘7’. El dorsal Nº 10 ha reposado estos días en la espalda de Kaká por decreto de Dunga. Si desde Suecia Ronaldinho optó por la sonrisa y por no mostrar públicamente su malestar por la controvertida decisión de desposeerle del ‘10’, ayer nada más poner los pies, a las 15:00 horas, en la terminal B de El Prat de Barcelona, el brasileño mantuvo la sonrisa, pero cambió el discurso. Y es que ello no fue de su agrado.

“En verdad no me gustó que me cambiaran el dorsal”, dijo con una sonrisa en la cara, “pero ¿qué puedo hacer? Me toca jugar, lo importante es jugar, anotar goles y seguir con mi racha goleadora”, aseguró el brasileño que ha resuelto los dos encuentros con otros tantos goles ante Chile, los dos con balón detenido.

Y el martes, tras el partido ante Ghana, Ronaldinho fue más diplomático pero ya habló de ‘saudades’ (añoranza) del número que lo ha acompañado a lo largo de su carrera y del cual fue sorprendentemente despojado. “Si, desde de las categorías de base en la seleção y en el Gremio, este fue el número que siempre me ha acompañado y espero poder seguir actuando con él”, admitió el popular "Dinho".

Hermano de Ronaldinho aparece en entrenamiento del Barcelona y crecen los rumores

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El hermano de Ronaldinho, Roberto de Assis, acudió ayer al entrenamiento culé, coincidiendo con el debate sobre el futuro de la estrella. Sonriendo, distendido, posando para las cámaras, levantando el pulgar derecho --"todo está bien, todo tranquilo", contó el representante del crack azulgrana--, mientras el otro Assis, Ronaldinho, el jugador, se reencontraba con sus compañeros tras su periplo por Suecia.

CAbe resaltar que en el vestuario, como reveló luego Gio van Bronckhorst "le hicieron bromas" a su compañero sobre su posible marcha al Milan, mientras Iniesta, el héroe de la selección española, tenía una teoría sobre el brasileño. "Creo que Ronaldinho es feliz aquí, solo deseamos que esté muchos años. La felicidad no tiene precio" sentenció el centrocampista azulgrana, recordando que conquistar "una tercera Liga sería increíble". Ése, sin embargo, no parece el asunto que más preocupa ahora mismo en el Camp Nou porque todo depende del futuro de Ronaldinho Gaucho. El jugador, a su llegada de Suecia, no quiso ser tan rotundo como en otras ocasiones. "A mí solo me toca jugar, lo demás es de mi hermano", alegó. Y el hermano, que llevaba días, semanas, sin dejarse ver por la ciudad de Barcelona, se presentó ayer en el entrenamiento.

Recordemos que Ronaldinho tiene contrato hasta el 2010, pero eso no impide que sea perseguido por el Milan, mientras negocia su cuarta revisión de contrato desde que llegó al Barça. Silvio Berlusconi, el dueño del club italiano, sueña con llevárselo para formar un tridente brasileño de lujo con Kaká y Ronaldo, que le permita tapar el impacto que provocará en Milan la conquista del scudetto por parte del Inter, el rival ciudadano. En Barcelona, la directiva de Joan Laporta no mueve ficha amparada en que a la estrella le quedan tres años más de contrato y posee una disuasoria cláusula de rescisión de 125 millones de euros.

Por ahora, la junta del Barcelona asiste en silencio a los movimientos y gestos públicos de Roberto de Assis. En "dos semanas", según recalcó el agente de la estrella, deben producirse novedades. Sea para firmar un nuevo contrato con el Barça o sea, tal vez, para escuchar definitivamente al AC Milan.

Situado, como cada año, en el centro del escaparate mundial (antes era el Chelsea quien lo deseaba; ahora es el Milan), el crack brasileño intenta aislarse. Cuenta, eso sí, con una ventaja. En el vestuario, todos le arropan. Ayer, con las ausencias de Márquez, que regresó de México, y Deco, que se entrenó en solitario, recuperándose de la operación en la mano derecha, Frank Rijkaard se abrazó, uno a uno, con todos los internacionales que volvían a casa tras casi dos semanas de ausencia. Antes, el entrenador, en una entrevista concedida a Europa Press, había insistido, una vez más, en su deseo de que Ronaldinho Gaucho se quede. No solo eso. También le ayudó anímicamente, molesto porque Dunga, el seleccionador brasileño, le ha desposeído del diez.

"En verdad me sorprende. Cuando en mi cabeza está Ronaldinho pienso en el número 10 porque es algo que casi conecta con él, los ves casi normal", dijo Rijkaard, rompiendo así uno de sus principios sagrados: no entrometerse en el trabajo de los demás. Lo hizo para proteger a su jugador. "El número 10 del Barça es solo de Ronaldinho", sentenció Iniesta, mientras Rijkaard recordó que el Barça "tiene que agradecerle lo que ha hecho por el equipo".